En honor a las Musas

Ese primer beso fue un oleaje que sacudió mis sentidos... La magia que desprende una verdadera ninfa, es la esencia de mi silencio, es la melodía que lo acompaña, es la pasión que lo hace vivir y arder, esas sensaciones le dan forma y con estas líneas intento atesorarlas, que sean más vivas y no se diluyan en el humo del tiempo. Mi sendero y mi silencio cada día son más lejanos, mi sendero es placido, novedoso, su esencia es pasible y confortante y aún así mi silencio anhela la melodía que endulza mis pasiones, no he podido tener un momento para que la melodía armonice con el silencio y embelese mis sentidos; extraño el cantar del fauno, el elixir de la manzana dorada, la magia del Djinn, el resplandor del hilillo dorado y sobre todo la ambrosia de Calíope la musa suprema, que ha descendido del olimpo para infundir inspiración y pasión a los mortales, pero no he podido ser nuevamente bendecido. Es la inmensidad de mi mar en calma que atenúa la distancia entre mi sendero y mi silencio,

En este sendero siempre se busca el placer mayor, la memoria que perdure al tiempo, en la búsqueda de esta meta se emula al alquimista que busca descubrir los elementos que construyen nuestro universo, el elixir de la vida eterna o la transmutación de los metales, en este camino se busca algo inexistente, no importa las múltiples fórmulas que se prueben, la fórmula del fracaso es inevitable incluso en brebajes "probados" y "exitosos", que han sido eficientes previamente, una pequeña dosis puede cambiar radicalmente el resultado; el fracaso de un mal servicio en algún momento nos estallará en la cara, es cierto que la experiencia propia y adquirida por otros Alquimistas ayuda en la preparación de cada fórmula pero nada es certero en este mundo del sexo servicio; incluso emular los "métodos" de consagrados o modestos alquimistas no te garantiza una fórmula exitosa. Uno intenta capturar esa magia que solo un gran servicio logra, en mi camino he tenido la fort